La implementación de una estrategia de valor aplicada a las regiones que conforman una nacionalidad contribuye efectivamente al desarrollo económico de la misma, las empresas al involucrarse en un proyecto de red de valor adquieren una visión compartida sobre el futuro, sobre el desarrollo económico y social de la región, en una iniciativa de este tipo aparecen una o un grupo de empresas que marcan la pauta.
Estas empresas arrastran a las demás, se les denomina "empresas eje" o "tractoras", el liderazgo de estas empresas actúa como un motor y dinamiza al resto de las empresas vinculadas a sus redes de negocio. La estrategia de valor posibilita a las empresas a competir globalmente, permite a los pequeños productores y agentes participantes incorporarse a circuitos mundiales de competitividad, consolidar su posición competitiva, generar mayor valor agregado y distribuirlo de una manera justa en función del riesgo y la inversión asumida por los participantes en la red, insertarse a su vez en redes de mayor valor, mejora el entorno empresarial para generar nuevas oportunidades, se abren nuevas alternativas de negocios al generarse mayores necesidades al interior de la red, se forma un circulo virtuoso que contribuye de manera significativa a la generación de valor.
Estas empresas arrastran a las demás, se les denomina "empresas eje" o "tractoras", el liderazgo de estas empresas actúa como un motor y dinamiza al resto de las empresas vinculadas a sus redes de negocio. La estrategia de valor posibilita a las empresas a competir globalmente, permite a los pequeños productores y agentes participantes incorporarse a circuitos mundiales de competitividad, consolidar su posición competitiva, generar mayor valor agregado y distribuirlo de una manera justa en función del riesgo y la inversión asumida por los participantes en la red, insertarse a su vez en redes de mayor valor, mejora el entorno empresarial para generar nuevas oportunidades, se abren nuevas alternativas de negocios al generarse mayores necesidades al interior de la red, se forma un circulo virtuoso que contribuye de manera significativa a la generación de valor.
En la conformación de redes de valor es de suma importancia que en la red se genere valor, es decir riqueza, pero no menos importante es que este valor se distribuya justamente a lo largo de la red, de tal forma que todos los actores participantes en la iniciativa reciban un beneficio, la filosofía de trabajo en redes de valor implica un reparto justo y equilibrado de los riesgos y beneficios entre los diferentes agentes que participan en la iniciativa de red de valor. El objetivo de la estrategia de valor es la generación de riqueza mediante el desarrollo económico de las regiones, sus empresas y sectores productivos, los agronegocios inclusivos y la prosperidad colectiva, esto se logra con empresas competitivas rodeadas de un ambiente de negocios adecuado y de una plataforma competitiva.
Cuando en la iniciativa de redes de valor participan las entes del gobierno promoviendo y articulando las diferentes iniciativas generadas, hablamos de una política de desarrollo, se trata en esencia de un modelo de gestión público–privado, que permite coordinar y estructurar una estrategia de desarrollo regional y/o sectorial, la cual generalmente se encuentra relacionada con una política nacional de competitividad, de fomento a los agronegocios, de generación y distribución de la riqueza, de la formación de competencias, de la generación de tecnologías, de la sostenibilidad agroalimentaria, y algunos otros aspectos relacionados al desarrollo económico.
La estrategia de integración de redes de valor agroalimentarias contribuye efectivamente al desarrollo económico y social de las regiones.